Mi 2º poemario

Mi 2º poemario

miércoles, 23 de noviembre de 2016

SOY



Soy... la brisa suave de un inmenso océano, la ola que rompe en la roca del tiempo, el pasado agridulce entre pliegues de miedos, soy, espina de rosa y azadón de labriego, y el batir de las alas de cigüeñas en vuelo, mar inmenso de olivos,meciendo, sus plateadas copas, cuando llega el invierno, y el fruto que se clava con ahínco en el suelo. Soy en definitiva... producto de mi tiempo, un tiempo que se pasa con lentitud de incierto, sin costura en las risas, con heridas y vientos, que lastiman sin tregua,
atardeceres muertos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Antonio Capilla Loma










Sus pies están clavados al carrusel del mundo
con su historia truncada su vida en almoneda
y no hay puntal que aguante del carrusel el vuelco
el creciente clamor que apela a las conciencias
esta injusticia enorme del vecino inocente
que avocan al destierro cuando su casa incendian.

Y no, no hay mar que trague los gritos del horror
las súplicas crecientes ante la indiferencia
este dolor aciago del vecino al que arrancan
su derecho a ser libre cuando su patria queman
gargantas desmedidas, corazones de témpano
que el embuste propalan y avivan las hogueras.
Porque el miedo es la garra que la perfidia acrece
y la ignorancia, carne de una jauría que es ciega;
y ambos furias titánicas que tunden con empeño
al hermano transido que a nuestra casa llega
los ojos extraviados la fiebre en las pupilas
y palmas de esperanza que en sus espaldas quiebran.
(Antonio Capilla, PIEDRA DE LA HONDA, Editorial Vitruvio, Madrid, 2016)

LAS DOS MUCHACHAS.

Pedro Jesús Cortés Zafra


Dos muchachas solas van, bajo el sol de agosto espeso, bajo el cielo, en plena tarde. Todo el mundo las señala,... ¡pero se les ve felices!. -¿Será posible sea cierto lo que en el pueblo se dice? -¿Qué dicen “lenguas de víboras” de esas pobres infelices? -¡Que nadie vaya a su casa porque trae mala suerte! Dicen que siempre ese sitio ha sido un lugar de muerte... Un palacete precioso que anduvo deshabitado, en las afueras del pueblo, dicen que se han alquilado. Nadie les habla, ¡ni adiós!, porque viven en pecado. - ¡Madre del amor hermoso! ¡Cuánto bicho deslenguado! -Dicen que tiene fantasmas esa casa estrafalaria. -¡¡¿Fantasmas?!! Debía tenerlos y que a los dueños arrastraran si existieran los espíritus y toas esas cosas raras. -Madre, no diga usted eso, que no vayan a escucharla. -Pero puen estar tranquilos porque por suerte para ellos esas cosas son mentiras que, a veces, inventa el pueblo. La verdad de la cuestión es que en un tiempo, allá lejos, los que tienen esa casa mataron, un día, a sus dueños. Les acusaron de rojos y de no ser “patrioteros”. Los mandaron fusilar y la quedaron para ellos. Luego la conciencia manda y nunca vivieron dentro. Y quisieron alquilarla, pero la gente del pueblo hablaba ya de fantasmas, como excusa y por respeto por la vergüenza torera que se les debe a los muertos. -Y estas pobres muchachas venidas desde allá lejos la encontraron muy barata y por eso viven dentro. -Y están sembrando de amor un territorio desierto. Una es de rubio platino, la otra de pelo moreno con lindos tirabuzones y grandes ojazos negros. Ningún hombre las visita, juntas siempre van al pueblo cogidas por la cintura y miradas de ojos tiernos. Hablando siempre entre ellas se les ve siempre riendo. Irradian felicidad y las comadres del pueblo dicen al verlas pasar que en pecado están viviendo. -¡Ahí van esas machorras! afirman ya con desprecio. Hacen ellas oídos sordos, porque les importa un bledo lo que las cuatro amargadas vayan diciendo en el pueblo. Trabajan desde su casa con Internet y teléfono a varias empresas grandes les llevan el papeleo. Pasaron por el juzgado a ser pareja de hecho, una con vestido largo de blanco nardo campero; la otra llevó pantalones color de jazmines nuevos y camisa con chaqueta blancas con encajes nuevos. Vinieron gente a la boda pero ninguno del pueblo... -¡¡Niña, ¿sabes lo que digo?!!: Prepárame unas naranjas y el canastillo de huevos que yo voy a visitarlas porque quiero y porque puedo, que a mí no me da la gana que me quiten el deseo de tratar como personas a dos corazones buenos. Si critican, que critiquen, que yo sabré responderlo. Pedro Jesús Cortés Zafra.

El Olivo y La Rosa y 51 sonetos y 1/2

Juan Risueño Lorente


Poeta de Bailén, compañero de letras y paisano, su última publicación: 
                         El Olivo y La Rosa y 51 sonetos y 1/2






Conocí a Juan hace unos años, desde el primer poema me pareció un poeta arraigado a la tierra, a esta hermosa tierra que nos vio nacer, él tuvo la gran suerte de crecer en ella, de arraigar en sus entrañas, en definitiva de vivir-la y sufrirla, en sus poemas refleja el dolor, el amor y el tesón por seguir plantado en ella, muy a pesar de los contratiempos.

Su poesía es dura, fuerte y con una dulzura que cala en su lectura, nos muestra su visión del mundo, con ojos de niño, a veces de enamorado y siempre siempre, con la madurez de un poeta que ha sabido hacerse  a si mismo.

No voy a describir este libro, porque creo que debéis leerlo, sentiréis la fuerza de nuestro mar de olivos, el pinchazo suave de las rosas en las cálidas noches de verano y el agridulce sabor de la arcilla, hoy en decadencia, no se si por defecto del hombre o por el cambio de los tiempos, en definitiva, viajaréis a través de sus letras, a lo más profundo de nuestras raíces.

LA ABUELA MURIÓ.

Pedro Jesús Cortés Zafra

Gran poeta y amigo


Un día cinco de marzo
me dijo que iba a morir.
¡Niño, tú no le hagas caso!
¡La pobre está mal de aquí!
Señalando la cabeza
me querían advertir
que los años de la abuela
le impedían discernir
entre locura y cordura
obligándola a decir
lo que nadie sabe nunca
el cuándo se ha de morir.
Luego pasaron los años
sin acordarnos de aquello,
y como a muchas personas
el cáncer llegó a su cuerpo.
Son momentos de agonía,
los doctores la rodean
pronóstico más que grave,
los familiares la velan.
El niño ya es un mocito
y vino a ver a su abuela,
la que entreabriendo los ojos
le dice: “Tú no los creas”
“Si hoy es seis de marzo,
al menos un año queda”.
Una pícara mirada
y una sonrisa se cuela
entre gestos de dolor
que en el fondo les alegra.
Pasan unos días más
la anciana se recupera.
Medicamentos y curas
van echando el tiempo atrás.
La familia se relaja
el peligro no es fatal.
-¡Abuela, ya estás mejor!
¡Qué susto que nos has dado!
-¿Acaso tú no sabías
que no era cinco de marzo?
No entiendo porqué te asustas
si te lo dije hace tiempo,
me moriré en ese día
porque otro día no quiero.
Han pasado ya tres años
desde la crisis primera
en fecha cuatro de marzo
vuelve a empeorarse la abuela.
En aquella tarde - noche,
llama primero a los nietos,
con palabras de consuelo
ella se va despidiendo.
Después otros familiares
y por último a los hijos.
Uno a uno, ella los besa
y su despedida dijo.
Llegada la media noche,
que ya era cinco de marzo,
la anciana cierra sus ojos
y fue al eterno descanso.
Pedro Jesús Cortés Zafra.



De lagrimas y Sombras

Me he dormido en el tiempo
o...quizá es mi yo que durmió en los laureles
mas no creo posible, que ocurriera algo así,
pues ni se de laureles ni del yo que no tengo,
soy tan solo un lamento, o...un ¡ay! infeliz,
Ya no se si he dormido, en las letras del aíre,
o en suspiros marchitos de un negro atardecer.
Solo se que he pisado en terrenos baldíos
en lugares de sombra, donde no luce el sol,
solo se que he sembrado mil semillas al viento
en surcos de lamento, en hoyos de dolor.
Las lluvias no llegaron a tiempo en la cosecha
y el fruto del sembrado, jamás apareció.
Dirigiré mis pasos, esta vez mar adentro,
donde no queden huellas, de un largo caminar,
allí donde las sombras que forman los lamentos,
enterraré el acento, que un día quiso soñar.

sábado, 5 de noviembre de 2016

CERCA DE SIERRA MORENA





Un poema de mi admirado y estimado poeta Antonio Capilla LomaMuy especial para mi, aunque toda su obra es, especial y extraordinaria










Cerca de Sierra Morena
mi pueblo es blanco y alegre
como ha de ser de mi tierra

todo pueblo que se precie.
En el centro hay una plaza.
Y, en la plaza, la farola
al caminante que pasa
alumbra la noche toda.
Tiene una iglesia mi pueblo
hecha de miel y canela
donde una Virgen de ensueño
asunta al cielo se eleva.
Veo la cárcel entre juegos 
muy cerquita de la escuela...
escuela cárcel, ¡silencio!,
donde los chiquillos tiemblan.
Mi pueblo se asoma a un río
que de mi tierra es bandera
y a otro pequeño y chiquito
que en mi corazón alienta.
Soñados senderos verdes
son del Vïar las riberas
donde mi infancia se pierde
entre los juncos y gredas.
En mi pueblo ves las casas
enjalbegadas por fuera;
enormes copos del alba
donde la nieve no nieva.
Y en sus calles las señoras
de hamacas en las aceras
huelen a jazmín y a rosas,
a azahar y a hierbabuena.
¡Ay, nostalgia que me quema,
que lejana ya la infancia
me ha embargado de mi tierra
en los albores del alba!
¡Oh, tierno cantar que subes
de sus campos, de sus aguas
y enamorado te hundes
en mi carne enamorada!
Profundo canto hechicero
de sus gentes, de sus casas,
que se me anuda en el cuerpo
con mi Andalucía del alma.
El canto en fin que es mi sino
y por recordar mi infancia
en mi entraña ha renacido
con anhelos y esperanzas.
(Antonio Capilla. poema revisado de VIENTO DEL SUR, Editorial Huerga y Fierro, Madrid, 2009)


jueves, 3 de noviembre de 2016

PRESENTE

¡Gracias compañero! por guardar todo esto.

Hablamos en silencio,
en las nubes, de un tiempo
ya remoto.
Mecemos la esperanza,
en el lento vaivén
de los recuerdos.

El camino,
se abre a nuevas metas,
es inmenso,
el horizonte que perfila.
No hay piedras,
ni abrojos que te impidan
transitar.
Mas...es pesada,
la carga en tus espaladas.
A los lados,
abismos de inconsciencia,
hay que seguir,
con el bagaje a cuestas.
Las fuerzas se quedaron
cansadas de bregar
con tantos vientos.
¿Que hacer?
tu cuerpo no obedece.
tu mente obstinada,
regresa sin cautela,
a las turbias aguas
del ayer.
Parada en el camino,
tu figura, desliza
su sombra entre los riscos,
el abismo la espera
y tú, inmovil, se la ofreces.
Atrás, el pensamiento
vaga, quieres volver,
no sabes andar sola.
El peso es excesivo,
el sudor, invade tu retrato,
el que quedó,
fijo en el camino,
la sombra se ha borrado,
tu mente, está vacía,
la senda se estrecha.
Llamas al pensamiento.
no vuelve,
el pasado lo atrapa,
lanzas un grito,
el vacío lo engulle.
¡No te oye¡
Tu garganta se oprime,
el pecho ya no late,
la niebla de la noche,
te envuelve lentamente,
te asgas a la nada.
De nuevo el grito, se ahoga
¡te pesan las espaldas¡
el frío es más intenso,
miras al cielo, no hay estrellas,
tampoco hay horizonte,
¡es el último instante¡
¡lo descubres¡
descargas tu bagaje,
el presente...es vida.
el ayer es equipaje.
N, Schmith.

Naneando


Se me ha nublado el tiempo,
se me fue la esperanza,
las nubes hoy acuden,
para mojarme el alma,
y el sol marchó temprano,
dejándome en las sombras,
de un mundo que se hunde,
batiéndose entre olas,
de mentiras de miedos,
de angustias que se ahogan,
en corazones yertos
en almas con esporas,
que minan sentimientos,
que absorven el hoy...el ahora,
el amor a la vida,
que a todos nos aflora,
y muchos marchitamos,
por la ambición que implora,
llegar hasta un poder,
que nos dará la gloria,
una gloria maldita,
que solo se consigue
obviando otras vidas.

martes, 1 de noviembre de 2016

Zapatos de tacón (Yo También Fuí Extranjera)







El miedo en las entrañas
y los huesos calados,
lo aprendido en la escuela
de nada me sirvió,
mi lengua se trababa
de palabras vacías,
mi cuerpo tiritando
por frío y por temor,
Las siete de la tarde
ya era noche cerrada,
la nieve que cubría
¡zapatos de tacón!,
El corazón latiendo
aún intermitente,
cuando veía a gente
cruzando el corredor,
después de unos minutos,
volvían cabizbajos,
se lo jugaron todo,
para hacer el viaje
y ahora su equipaje
en humo se truncó.
Me temblaban las piernas
mi mente se agobiaba,
a la par que sonaba,
grotesca musiquilla,
aquella que emitian
¡ zapatos de tacón!
La suerte? o la desgracia
me dieron la ventaja
de seguir el camino,
ventaja, falsa alhaja,
que cambiaría mi vida
mas... ya estaba perdida
y ahora...volvía a empezar.
Este poema es el primero de varios que relatan mi salida de España, no por necesidad, o...sí?